Mediante
el análisis de las diferentes teorías de aprendizaje y la comprensión de los
procesos educativos se ha definido un
problema en el proceso de transición de la didáctica operatoria a aquella didáctica que propone la
reconstrucción del conocimiento individual
a partir de la reinvención
cultura, esta misma propuesta por un
conjunto de autores como: Piaget, Burner, Wertsch, cole Vigotsy y scribner. Este
proceso de transición permanente supone la aplicación de los presupuestos
piagetianos, entre ellos; centrar la educación en el alumno, promover la
actividad donde el niño descubra por su propia cuenta y sobra su actuación y
participación activa, no forzar el desarrollo y que cada individuo madura a su
ritmo propio, y debe centrarse en el desarrollo de capacidades formales.
Para
la sociología constructivista el desarrollo del ser humano esta mediado por la
cultura, por ello el desarrollo del niño se encuentra vinculado a la cultura de
su comunidad. Al contraste de las ideas piagetianas, los intercambios del
entorno del niño no son meramente físicos, es decir que cuando un niño se pone
en contacto y experimenta con un objeto este también interactúa con su conjunto
y su fundición social de dicho objeto, invitando la mediación de la cultura en
el desarrollo del niño. En cuanto a la cultura, Vygotsky plantea la importancia
de la ayuda del adulto para orientar el desarrollo de las nuevas generaciones.
Con ello se pretende un proceso de aprendizaje guiado, provocando la
adquisición de competencias en el manejo de la cultura del docente al aprendiz
mediante un proceso progresivo de apoyos provisionales y la asunción de
competencias y responsabilidades por parte del alumno, el objetivo es el
traspaso de competencias mediante el apoyo del adulto.
La
vinculación de la cultura de la vida cotidiana y la cultura académica es una
preocupación en el mundo educativo institucional, ¿cómo evitar que lo que se
aprende no solo quede ligado al contexto donde se aprendió? Para esto el
aprendizaje debe desarrollarse en un proceso de negociación de significados
donde los alumnos activen esquemas de su estructura experiencial, para
reafirmarlos a su potencial cognitivo. Por ello el aula debe convertirse en un
foro abierto de debate y negociación de concepciones y representaciones de la
realidad, y no un espacio donde se imponga la cultura. Se debe crear un espacio
de conocimiento compartido, donde el alumno reinterprete e incorpore las nuevas
posiciones de la cultura a sus experiencias previas para interpretar la
realidad.